En Enero de 2005, un grupo de jóvenes de la Fundación EcoVida (ver informe), ONG ambientalista que trabaja en el ámbito rural de los Estados Táchira y Mérida, fue informado acerca de la presunta existencia de un osezno andino cautivo en una de las fincas del área donde ellos se encontraban haciendo una inspección de campo. El comentario no fue pasado desapercibido y fue así como el Sr. Homero Zambrano, líder de la mencionada organización, entró en contacto con el Ing. For. Gerardo Pineda, jefe de la unidad de investigación en la sede del Instituto Nacional de Parques (INPARQUES) – Mérida. El objetivo común era intentar el rescate de dicho ejemplar. En este sentido, el Ing. Pineda entró en contacto con la Fundación AndígenA, considerando nuestra experiencia y liderazgo nacional en material de conservación del oso andino en Venezuela, además de la vigencia de un convenio de cooperación institucional que contempla el fortalecimiento en las acciones de investigación, vigilancia y educación a favor de la protección de los osos en los Parques Nacionales Sierra Nevada y Sierra de La Culata.
Una vez enterados, el primer paso a seguir era obviamente confirmar la existencia del osezno en la finca reportada. De esta manera, y sin dejar pasar tiempo, el Ing. Pineda se comunicó con la Ing. Nora Arellano en la Vertiente Sur del Parque Nacional Sierra Nevada, quien se dispuso a colaborar inmediatamente. Así fue como se obtuvo el apoyo logístico de la Guardia Nacional a través de la segunda compañía del Comando Regional (CORE) Nº 1, ubicado en Socopó, Estado Barinas. En este sentido, el 28 de Enero se concretó la visita al sitio confirmándose la existencia del cachorro, el cual resultó ser hembra y obedecía al nombre de «muñeca», según los habitantes de la finca. El origen y forma de obtención del animal fueron desconocidos de parte de la fuente primaria de la información (el encargado de la finca). No obstante, por fuentes secundarias (vecinos del lugar), se supo que la osita había sido capturada en las adyacencias a la finca y que muy probablemente había sido atrapada una vez fue concretado el asesinato de su madre. Así mismo, se presume que otro osezno había sido capturado pero no sobrevivió al cautiverio.
El rescate de la osita se logró sin mayor percance, lográndose también la detención y el traslado del encargado de la finca hasta la sede del CORE Nº 1 para proceder a la apertura de un expediente judicial. Ese mismo día, la Ing. Nora Arellanos se comunicó con el Ing. Pineda para confirmar el éxito del operativo de rescate. Por decisión del fiscal ambiental de Barinas se acordó que la osita debía permanecer en la sede del CORE Nº 1 hasta que se tomará una decisión viable acerca de su destino por parte de las autoridades competentes (MINISTERIO DEL AMBIENTE). Sin embargo y dado que durante el traslado el animal presentó eventos recurrentes de vómitos, se estudió la alternativa de su traslado hasta el Parque Zoológico Chorros de Milla en Mérida, donde podría recibir atención veterinaria. Durante el traslado de la osita desde la finca hasta la sede del CORE Nº 1, siempre se cuidó minimizar el estrés para evitar complicaciones, así fue como se acordó que fuera acompañada por un niño de la finca quien estaba muy apegado al animalito. Ese mismo día, en la sede de INPARQUES Mérida, se sostuvo una reunión entre su director, Sr. Armando Torres, el Ing. Pineda, el Per. For. Felix Carrero, superintendente encargado del P. N. Sierra Nevada, Denis Torres en representación de la Fundación AndígenA, el Guardaparque Jesús Farias, el Per. For. José Osorio y el Biol. Alexis Zambrano, director del Zoo Chorros de Milla. En ese encuentro se tomó la decisión de trasladar a la osezna a Mérida. Salimos a las 9 de la noche y llegamos al puesto de Guardaparques de Caño Grande – Acequia (Edo. Barinas) a las 2:30 a.m. aproximadamente. Sostuvimos una reunión con los Guardaparques y acordamos trasladarnos al CORE Nº 1 a las 7 a.m. Una vez en el sitio, se confirmó que el animal estuviera bien y se contó con la presencia de funcionarios de la oficina nacional de Biodiversidad del Ministerio del Ambiente procedentes de Guanare, Estado Portuguesa. Se obtuvo una orden de traslado, la cual fue avalada por la Guardia Nacional y la Fiscalía, asignándose la custodia de la osita al Zoo Chorros de Milla.
A las 3 de la tarde aproximadamente, emprendimos el viaje a Mérida y el animal fue observado y atendido todo el tiempo. Por recomendación del veterinario Felipe Pereira del Zoo Chorros de Milla, se le suministró suero fisiológico por vía oral y un medicamento para evitar el vómito recurrente experimentado durante el día anterior. La osita consumió el suero y el medicamento sin problema, agua en abundancia, miel, patilla y leche condensada durante el viaje, pero se negó a ingerir otro tipo de alimento. Llegamos a Mérida a las 9 p.m. aproximadamente y el veterinario atendió al animal. No se identificó alguna señal preocupante por lo que se convino dejarla descansar para evitar incrementar el nivel de estrés a consecuencia del viaje. A la mañana siguiente, mientras se estaba haciendo la revisión médica de rutina, la osita falleció (ver informe).
Este episodio que demandó mucha coordinación, cuidado y atención, es motivo para reflexionar acerca de la imperiosa necesidad de establecer protocolos de traslado de osos para atender casos similares en el futuro y evitar riesgos de muerte. Si bien, la meta de asegurar la vida de la osita no pudo ser alcanzada, es evidente que cualquier esfuerzo hubiese dado el mismo resultado. El animal se encontraba bastante enfermo a consecuencia de una alimentación y cuidado deficientes. No nos sentimos culpables por el resultado lamentable de esta operación, creemos que hicimos lo correcto al intentar salvarle la vida a esta osita y seguiremos alerta para evitar que sucedan nuevos eventos de captura y muerte de osos en su hábitat natural. Por otra parte, más bien nos sentimos decepcionados al conocer la actitud hipócrita de cierto «investigador de osos» venezolano, que antepone su ignorancia, envidia y falta de profesionalismo, para desacreditar nuestros esfuerzos pragmáticos. Creemos que más allá de gastar energía en promover el chisme y la intriga, se debería dedicar a fomentar o apoyar el fortalecimiento de la acciones de conservación efectivas de nuestro carismático oso andino. Ojalá llegue el momento de hacer más y hablar menos…
Agradecimientos:
Instituto Nacional de Parques (INPARQUES), Oficina Nacional de Biodiversidad – MARN, Segunda Compañía CORE Nº 1 – Guardia Nacional, Fundación EcoVida, Parque Zoológico Chorros de Milla – CORMETUR.